𝐋𝐚 𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐚𝐜𝐢ó 𝐝𝐞𝐥 𝐞𝐧𝐨𝐣𝐨, 𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐧𝐨𝐯𝐚𝐜𝐢ó𝐧.
- neburfm
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“Uber nació para revolucionar la movilidad urbana.”
Pero la verdad es mucho más interesante.
La idea surgió en una noche nevada en París, cuando Travis Kalanick y Garrett Camp no podían conseguir un taxi. No había nada disponible, nadie respondía, y la ciudad estaba paralizada.
- No fue inspiración.
- No fue creatividad pura.
- No fue una visión disruptiva.
𝐅𝐮𝐞 𝐟𝐫𝐮𝐬𝐭𝐫𝐚𝐜𝐢ó𝐧. 𝐅𝐮𝐞 𝐞𝐧𝐨𝐣𝐨. 𝐅𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐧𝐬𝐚𝐧𝐜𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐩𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐦𝐚 𝐦𝐞𝐝𝐢𝐨𝐜𝐫𝐞.
En una servilleta se dibujo el concepto:
- ¿Y si pudiéramos pedir un coche desde el teléfono?
- ¿Y si el transporte dejara de depender del azar?
Ese fue el verdadero origen.
- Uber no nació para “innovar”…
- Nació para vengarse de un sistema que no funcionaba.
- Se crearon modelos para evitar regulaciones.
- Diseñaron un algoritmo para burlar inspecciones.
Y escalaron a un ritmo que la industria del taxi no podía ni comprender.
Uber no fue disruptivo por ser tecnológico. Fue disruptivo porque no pidió permiso.
A veces las ideas más grandes no nacen en un laboratorio, ni en una sala de juntas, ni en un “brainstorm elegante”.
𝐍𝐚𝐜𝐞𝐧 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐮𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐢𝐜𝐞: “𝐄𝐬𝐭𝐨𝐲 𝐡𝐚𝐫𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐟𝐮𝐧𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞 𝐭𝐚𝐧 𝐦𝐚𝐥. 𝐋𝐨 𝐯𝐨𝐲 𝐚 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚𝐫 𝐲𝐨.”
Y esa es la parte que muchas organizaciones todavía no entienden.
- No se innova con procesos eternos.
- No se innova con personas que necesitan permiso para todo.
- No se innova con miedo a incomodar.
𝐋𝐚 𝐢𝐧𝐧𝐨𝐯𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐫𝐞𝐚𝐥 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐞 𝐧𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐥𝐚 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞: 𝐄𝐧 𝐞𝐥 𝐜𝐚𝐨𝐬, 𝐥𝐚 𝐦𝐨𝐥𝐞𝐬𝐭𝐢𝐚, 𝐥𝐚 𝐟𝐫𝐮𝐬𝐭𝐫𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐲 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐞𝐥 𝐞𝐧𝐨𝐣𝐨.
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